martes, 17 de febrero de 2009


Me muevo solemne bajo el brillo de los árboles, la ventana tal enredadera se aprisiona ante mis dedos, censuran las hipotéticas peticiones del almíbar, y me vuelvo al inicio, no quiero, aún así retrocedo…

Es saborear las cosas, es tomarlas, contrapesarlas y sí o sí las sigo haciendo…

Es la esencia… no influir ni reprimir…dejar ser, ni siquiera eso, tan solo SER .

Dejo a un lado la vida, la corto en pedacitos…y ahora…como mierda la armo?

Con las manos, con la NO razón, con el alma, dejar fluir las melodías y viajar.

Son intentos de escape, son intenciones de manifestarse, son… pero lo que es lo callo, aún…

La cobardía, la soledad, la ira, la marginación, el egoísmo, la negación, cosas y más cosas.

Al menos tengo una flor, una flor que resplandece todos los días, me oxigena, emite luz a los días, cuidarla, amarla y observarla es la máxima expresión de los sentidos ante tanta ironía establecida.

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