martes, 13 de octubre de 2009



Y así me haz dejado, con el cuerpo enfrascado, con ilusiones fugaces, con música francesa de fondo y los pies en el puerto, esperando algún llamado, esperando un corazón. Caminé una y otra vez por el lado de la línea férrea en dirección a tu hogar y aún así no te veía, ni siquiera al lado de aquella iglesia. Necesitaba una dósis de amor primaveral, necesito una dósis de amor circunstancial, pero nos cerraron el local, no más happy hours, no más besos por compromiso, no más despedidas melodramáticas en algún medio de transporte local. En julio me llevaron la vida una vez, siento que hoy me la llevas tu también, por supuesto no te amé pero si creo que ahora lo haré, no en verdad no, es solo el miedo a desaparecer, a borrar los días junto con las melodías. Al fin todos recontruyen sus vidas, la mala suerte los envidia, yo sigo en mi esmero de no caer en el umbral de la soledad, de seguir así libre y viviendo un poquito más.

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