martes, 12 de julio de 2011


Bajé por la misma escalera de hace meses atrás, tome un trolley que fue desarmándose hasta llegar a la altura del Parque Italia donde me esperaba "la camiona", una bicicleta roja de la cual me sentí orgullosa ese día.
Era primavera, lo sé porque me vi usando una sudadera ancha y porque aún no me había depilado como para que fuera verano.

Llegué pedaleando rápido a la avenida Argentina, se notaba que no era día de feria, estaba vacía, literalmente vacía, mientras en las afueras del Congreso quemaban neumáticos que se perdían entre el color verdoso del cielo y el efecto de cámara lenta producido por el calor.

Pedaleé en dirección a Barón hasta que llegó el verano.

jueves, 3 de febrero de 2011

Ya no sé pa’ donde va la micro




Quise estar tirada en la cama toda la tarde como una forma de protesta o rebelión al individualismo colectivo que se vivía hoy en casa. Me di mil vueltas por la cocina y me lo tragué todo como castigando a la conciencia por ser tan perversa y no dejar de hablarme de la culpa, del abandono, de la libertad. La jaqueca se dispersó hasta la nuca y una nube se puso sobre mis ojos que ya no quieren ver bien porque a estas alturas ya se han cansado de ser profetas en terrenos secos. Pero le sigo dando vuelta al asunto y la cobardía me tiene por los codos, sin embargo, el impulso me haría dejar la cagá sin mirarle la cara a nadie.

Repaso cientos de caras que se asoman por la ventana y analizo una por una buscando una respuesta, buscando ayuda, pero todas se alejan, todas viven en otros ritmos, en otras circunstancias, pero tú sigues ahí, durmiendo bajo la ventana, ofreciéndome la oportunidad del siglo, ofreciendo todo y yo no lo acepto, no puedo, lo intento pero no puedo, el karma nace desde mi suelo y contaminar terreno ajeno sería peor que acriminarme con el resto.

Agarré la toalla con hilachas y me metí a la ducha para escuchar un poco de Bjork, Elis Regina y Kings of Convenience, buscando que la locura se teletransportara por un rato o mejor aún que se fuera por el desagüe junto con el agua y el jabón. Y luego de tanto blablá me invadió un sueño profundo y no supe nada de nadie porque la casa seguía vacía y la radio sonaba sola en el living, en otro espacio y yo estaba en otra casa, con otra música, en otras paralelas, claro todo esto producto de la imaginación, así que le subí el volumen al computador para tapar la radio que me devolvía al día de hoy, y me hipnoticé escribiendo cosas cotidianas para poder ocupar la mente, pero en cualquier momento la casa se llenaría de voces y parlamentos rígidamente aprendidos, a los cuales me incorporaría como ente manipulado y sordo de tanto grito por debajo del asfalto, aún y a pesar de todo lo dicho y lo no dicho anteriormente igual extraño los pasos cortitos por la escala, los porqués intercalados entre risas e incomprensión y sus dientes chiquititos mascando alguna fruta desabrida pero jugosa.

Bastó detenerme unos segundos antes de paralizarme de susto al escuchar un estruendo en el patio, agarré la toalla mojada e hice como si la fuese a tender, me asomé por la puerta y la radio de afuera estaba encendida; después de todo parece que en esta casa nunca estoy realmente sola como quisiera.

martes, 4 de enero de 2011

Iconoclasta

Caminas por el sendero que llega hasta Constantinopla

arrodillándote ante la imagen que cargas en el pecho,

sangrando como bestia enajenada por el deseo

Que esfuerzos de fe soportan la ira de la destrucción,

trizaduras de rostros en agonía,

muertos vivientes de siglos vacíos

Y si cargas tanto santo en ese cuerpo,

como no eres capaz de cargar con el rostro natural

que te da la virtud y la gracia

Ve y amalo, besalo y duerme bajo su alero,

que la moral pública juzgue tus actos,

que la conciencia te desmorone el alma

Porque nunca hubo porcelana más contaminada,

ni hombre más terco, ni fama más repudiada,

que el ícono que llevas en ese altar no es más que veneno gangrenado.

Me tragué todo el miedo, se me hundió el pánico en las vísceras, gritar podía mas el silencio me abrazó y el hielo entró por la boca.

Un día irme quiero, que el terror se muera espero.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Púbico, no lo confunda con público



Porque ahí va todo el jet set regional, porque ahí se juntan los “amigos”, esos que se ponen de acuerdo por “facebook”, pero llegado el momento de interactuar en el lugar de encuentro andan todos botados, desparramados, borrachos. Entiende que no encajo, que a ti tampoco te veo encajar, pero intentas e intentas y las sonrisas vuelan. En las pantallas rostros obscenos, piernas abiertas, tetas al aire, porque es eso lo que la lleva ahora y da lo mismo si es grosero porque estamos hablando de “arte” y entonces me saco la polera y me depilo la entrepierna y grito ARTE en medio del escenario, pero nadie escucha porque están todos muy pendientes de su estética y del nuevo mohicano que inventó la flaca y es que ya no lo llevan por moda, ya ni siquiera es moda, es todo MADE IN CHILEAN BOYS .

domingo, 28 de noviembre de 2010


En estos momentos en que empieza el fin del comienzo, siento como si me hubiesen lanzado en la incertidumbre, siento como mi útero se fragmenta y como los sucesos recurrentes se aferran en la memoria.

Te recuerdo como un pasado dulce, con tonos otoñales y siestas con lluvia golpeando la ventana.


Sin embargo te veo como un presente perfecto, adolorido, FRONDOSO.
De tu piel emerge la vitalidad que me hace ser cosmos en mi propia psicosis, ser deseo para tu carne y nutriente entre tus extremidades.



Ha llegado la noche y mi situación se vuelve un poco crónica. Echo de menos tu compañía y la entrega de confianza que me dice que todo podría salir bien para mí, porque en tus pies soy yo quien debe caminar y reflejar la fortaleza que has depositado hace algunos minutos en el cántaro que nace en mi sien.
Queda poco para la medianoche y estoy en un hábitat extraña, es una caja dentro de otra. Imagina que si el envoltorio llamado "casa" ya suele ser agónico y molesto, como ha de resultar este nuevo.


Quien sabe, tal vez este apartado, este tumor, sea el nido que retenga las tardes pesadas, las sonrisas por compromiso, el sentirme entre la espada y la pared.

Prometo que me arrancaré en bici a verte al menos una vez a la semana, no me importa que mis rodillas se desgasten hasta desaparecer, porque con el tiempo nos hemos dado cuenta de que los esfuerzos valen la pena, de no ser así , casi ocho meses estarían regados sobre el asfalto y condenados a suplicios vergonzosos.



No es así
no ha sido así
nunca
ser uno
somos uno
pudimos ser dos
casi fuimos tres
nos formamos
con las entrañas
enlazadas
nos comimos
el uno
al otro
el corazón
lo despedazamos
para petrificarlo en almíbar
somos uno
en cuerpos de dos.